Es necesario remar en una sola dirección

El resquebrajamiento en la institucionalidad del país ha abierto las puertas a iniciativas como el proyecto para promover la planificación participativa desarrollado por el Centro de Estudios Políticos de la UCAB. Visión del municipio, organización de presupuesto y desarrollo de un plan municipal son algunos de los temas en torno a los que gira esta propuesta

En octubre de 2014 el Centro de Estudios Políticos (CEP) UCAB puso en marcha el proyecto Promoción de la Planificación Participativa del Desarrollo Local con el apoyo de la Unión Europea y en alianza con la Fundación Konrad Adenauer y la Unión Iberoamericana de Municipalistas. Durante un período de dos años —agosto 2014 hasta julio 2016— este proyecto se enfocará en ofrecer herramientas de planificación participativa así como brindar apoyo técnico a un total de 11 alcaldías a escala nacional.

La coodinadora del proyecto, Liliana Godoy Ruiz, se muestra optimista sobre los resultados que han obtenido durante la primera fase: “Hay un cambio de actitud en los roles que han asumido como servidores públicos. Es bueno saber que esto funciona como un estímulo de que las cosas se pueden hacer mejor”. Godoy es licenciada en Educación Especial y desde el año 2008 forma parte del CEP, espacio en el que dicta materias como Marco Lógico y Planificación Estratégica. Con respecto al programa, considera que uno de los aportes profesionales que puede comprometer en el desarrollo es su habilidad en la organización en procesos de capacitación masivos.

¿Cómo surge esta iniciativa?

Fue un proyecto con el que participó el Centro de Estudios Políticos (CEP) en la convocatoria que hace anualmente la Unión Europea y que el año antepasado incluía a las organizaciones no gubernamentales. Se estructuró la propuesta que involucraba a alcaldías para fortalecerlas con herramientas participativas y de desarrollo. Se le dio forma a la idea y se sometió a consideración. Fue muy satisfactorio para nosotros porque se compitió con más de 200 propuestas en la primera ronda. Sobrevivimos con otras 20 organizaciones y, finalmente, quedamos en la segunda vuelta de selección entre las 12 aceptadas por la Unión Europea.

¿Cuáles son los municipios involucrados en el proyecto?

Hasta la fecha, hemos trabajado con siete alcaldías, pero tenemos confirmadas nueve en el país.  En el Estado Miranda, tenemos las alcaldías de los municipios El Hatillo, Sucre y Carrizal. En el Estado Lara, los municipios Palavecino, Iribarren y Jiménez. Y en el estado Táchira  se trabaja con los municipios San Cristóbal, Córdoba y Capacho.

¿Cuál fue el criterio de selección para las  alcaldías contempladas en el proyecto?

Cuando se estaba en proceso de diseño del proyecto, se establecieron varios criterios para garantizar un grupo heterogéneo. Se buscaba diversidad en población, en tamaño, en complejidad y en tendencias políticas. También se tomó en consideración el índice de desarrollo humano local. Sin embargo, en diciembre del año siguiente,  los resultados de las elecciones municipales afectaron el tema de la variedad en las tendencias políticas. Algunas alcaldías que estaban en manos del oficialismo, pasaron a tener autoridades de la oposición. En la primera fase, donde trabajamos con siete alcaldías, no se pudo atender ese problema; pero esperamos que en la segunda fase y al involucrar a las cuatro alcaldías que faltan podamos hacer llegar estos contenidos y reforzamientos de las instancias locales a todos los que les haga falta, independientemente de la tendencia política de su alcalde.

En la descripción del proyecto se especifica como objetivo divulgar buenas prácticas de planificación que integran la acción ciudadana y los gobiernos locales. ¿En qué se enfocan estas buenas prácticas?

Eso es parte de la tercera fase del proyecto, donde vamos a sistematizar lo que se desarrolle desde el inicio hasta casi la tercera parte del tiempo que dure el proyecto (dos años). La idea es que en la primera fase se les dé a los gobiernos locales herramientas prácticas y accesibles de participación y que se entrenen en este ejercicio. Porque se habla mucho de participación, pero la mayoría de las veces no está claro cómo participar ni a través de cuáles mecanismos hacerlo o qué cosas se pueden aplicar para hacer participativo el proceso de planificación.  Esto requiere de tiempo y de diálogo. La participación supone que todo el mundo opine, que todo el mundo tenga su posición y pueda discutir con otros de posiciones distintas para llegar a acuerdos.

¿A qué sectores de la sociedad civil pretende alcanzar el proyecto además de las alcaldías?

A todos los sectores posibles, como los liderazgos que se ejercen desde las organizaciones comunitarias, los consejos comunales, organizaciones vecinales, empresariales, sindicales. Uno de los objetivos de largo aliento es que cada uno de estos municipios termine el proyecto, si no con un plan municipal de desarrollo estructurado, por lo menos con insumos muy avanzados y útiles para generarlos. Un plan municipal debería armarse con la mayor diversidad posible de los actores que hacen vida en ese municipio. No es efectivo que una alcaldía en la soledad de una oficina diseñe cuál es el municipio que quiere, qué vocaciones deben explotarse o qué deberían desarrollar sin convocar a los actores que tienen la mirada múltiple sobre ese territorio. Es necesario que todo el mundo reme hacia la misma dirección.

¿A qué se debe la apuesta por los gobiernos locales?

Hace muchos años oí decir a un alcalde muy importante que el municipio es el aula de la democracia. ¿Por qué? Porque es la instancia de gobierno que en la Constitución está consagrada como más próxima a las personas y a los habitantes. La idea de reforzar al municipio como instancia básica del quehacer de los ciudadanos, tiene muchas connotaciones vinculadas al desarrollo humano, político, social, industrial y económico; todo lo que hace la vida de una ciudad.

¿Cuáles son las debilidades más generalizadas en las alcaldías?

Lo que uno observa a priori es que hay muchos problemas de comunicación. Muchas veces la estructura de la alcaldía está hipertrofiada, es muy grande, parece un ministerio, se hace ineficiente y se presenta el clientelismo. Notamos que eso afecta muchísimo el “desdibujamiento” que ha habido en los últimos años con relación a la institución municipal. Por ejemplo, esta línea de gobierno de los consejos comunales entra en contradicción con la figura de la alcaldía. La gente ya no sabe cuáles son las funciones o las atribuciones de cada entidad. El caso del tema de la basura: se dice que es competencia del municipio pero a la vez bombardean la posibilidad de ejercer esa responsabilidad. El ciudadano queda en el medio y muchas veces exige cosas que no debería al municipio, otras veces no exige cosas que sí son atribuciones de la alcaldía. Hay una crisis institucional generalizada durante los últimos años y en los municipios se manifiesta más concretamente.

En medio de la convulsión política nacional, ¿qué aporte realiza el proyecto a la sociedad?

Rescata esa instancia que estamos convencidos de que es la adecuada para resolver los problemas de los ciudadanos, que es el municipio como institución en su globalidad, incluyendo la alcaldía, el concejo municipal y las competencias consagradas en la ley. Además, el impulso del desarrollo nacional desde el ámbito local que es un canal para materializar la visión de país desde cada perspectiva y desde cada vocación que tenga cada región.

También perseguimos promover el diálogo entre actores que, aunque están conviviendo y con atribuciones que deberían articularse permanentemente, están a espalda de los otros: funcionarios de alcaldías, concejales y participantes claves en cada espacio. Al convocar en un mismo grupo de capacitación esa diversidad, es un ejercicio que aporta el diálogo necesario. No significa que estemos todos de acuerdo, pero sí debemos tener la capacidad de discutir para llegar a acuerdos en beneficio de todos.

¿Hay intención de extender el proyecto a escala nacional?

Por lo pronto no, porque es un proyecto costoso que supone movilizaciones y sin la cooperación que nos está aportando la Unión Europea no habría sido posible este alcance. Sí sería deseable poder expandir esto. De hecho, uno de los proyectos del CEP —que es el sueño de Benigno, el director— es hacer una escuela de gobierno que sea un recurso de la universidad para llegar a esos espacios locales.

¿Qué reto personal se plantea con el proyecto?

Si logramos que realmente todos los municipios, de cualquier tendencia política, se puedan sentar con los diversos actores de los sectores que sean y conversar en beneficio de un municipio que quieren lograr, ya eso sería un éxito materializado.

Liliana Godoy estima que durante el mes de febrero darán inicio a la segunda fase del proyecto Promoción de la Planificación Participativa del Desarrollo Local, durante la cual se realizará un diagnóstico del municipio para posteriormente avanzar en el plan municipal de desarrollo de cada localidad.

Entrevista por: Gabriela López Escalante | 29 de enero de 2015