Liliana Godoy, coordinadora del Programa Participación del Desarrollo Local, sostiene que todos los actores tienen un rol que cumplir para lograr un crecimiento local verdadero y sostenible.

Para Liliana Godoy, coordinadora del Programa Participación del Desarrollo Local de la UCAB y la Unión Europea, ambas representaciones comparten varios intereses en lo que tiene que ver con el municipio, como la unidad política básica. Asegura que entienden el ámbito local como un espacio clave para lograr las condiciones de gobernabilidad necesarias que permitan el desarrollo sostenible en sus territorios.

Apunta que en la medida que tanto las organizaciones de la sociedad civil y los entes gubernamentales de esos espacios logren relacionarse a través de estructuras institucionales estables, legítimas y organizadas, habrá mejores posibilidades de desarrollo.

¿Por qué se enfatiza que el programa abarca a los municipios y no exclusivamente a las alcaldías?

-En el entendido de que uno de los elementos vertebrales del proyecto es la planificación participativa, este envuelve no son sólo a los funcionarios municipales, sino a otros actores relevantes para la vida del municipio, entre ellos los miembros de organizaciones de la sociedad civil, líderes de diversos ámbitos como los comunitarios, políticos y culturales, entre otros, y representantes de los concejos municipales.

Godoy hace hincapié en que para lograr consenso en cuanto a la dirección de planificación que aspira cada municipio en particular, todos los actores deben impulsar sus iniciativas en un mismo sentido; es decir, es crucial la inclusión tanto de los poderes ejecutivo y legislativo locales y la ciudadanía en general. Cada uno, aduce, tiene un rol que cumplir para lograr un desarrollo verdadero y sostenible.

“El número de personas que participa en el programa de capacitación varía de un municipio a otro. En total tenemos como asistentes regulares alrededor de 340 personas. La composición de los grupos también varía de un municipio a otro; sin embargo, una de nuestras inquietudes, es que pese a la insistencia en diversificar su composición, hemos tenido un predominio mayoritario de funcionarios de alcaldías. Podríamos interpretar con esto que aunque el tema de la participación, y en particular la participación ciudadana, está incorporado a la mayoría de los discursos como algo muy importante, queda mucho camino por recorrer para que los actores políticos encargados de la gestión de los municipios promuevan verdaderamente la creación y fortalecimiento de canales efectivos para la incorporación de la ciudadanía de manera activa en la toma de decisiones”.

¿Cuáles parámetros de seguimiento tienen para supervisar y medir los objetivos que se plantean?

-Hemos asociado el logro de los objetivos con los planes de desarrollo municipal. Cada municipio tiene sus particularidades, pero el denominador común es que no cuentan con un plan de desarrollo propiamente dicho, el cual entendemos que debe proyectarse al menos al largo plazo, hasta 20 años.

Añade que otro elemento común es la cultura del corto plazo de los decisores. Estima que esta realidad hizo pautar como parámetro de logro, la generación de insumos útiles a la gestión de las alcaldías. Esos insumos, generados con participación de diversidad de actores, cobran, según indica, una importancia mayor.

Tal es el caso de los productos que se construyen o se han actualizado en el marco del proyecto, entre ellos la visión del municipio, el diagnóstico participativo, las estrategias de acción para resolver o atenuar los problemas detectados, los elementos a incorporar en el presupuesto y el plan operativo anual. Finalmente los insumos para un sistema de contraloría social, como son los indicadores y los mecanismos de participación ciudadana.

¿Cuáles son los principales logros y desafíos que enfrenta el proyecto?

Tiene dos grandes objetivos: por una parte, promover la creación o en algunos casos el fortalecimiento de espacios institucionales para la incorporación de los ciudadanos en la planificación del desarrollo local, y por la otra, afianzar las capacidades de las organizaciones de la sociedad civil y el gobierno municipal para construir, desde los acuerdos, el Plan de Desarrollo Local.

Considera que los funcionarios involucrados en los procesos de capacitación, sin duda han adquirido una nueva perspectiva frente a la posibilidad de que los ciudadanos tomen parte en las decisiones vinculadas con la gestión del municipio.

Agrega: “Aquellos participantes que no son funcionarios han adquirido conocimientos sobre lo que significa el ejercicio de la función pública. Los conocimientos teóricos y las herramientas han contribuido a ampliar en ambas partes su perspectiva de relacionamiento como actores que hacen vida en cada municipio. Pienso que tanto funcionarios como miembros de la sociedad civil estarán mejor dotados y más receptivos al diálogo y la construcción de acuerdos”.

¿Cuáles son los retos?

Se requiere un cambio de actitud en todos los niveles de la estructura organizativa de los municipios. Es necesaria una acción sostenida y de largo aliento para lograr los cambios deseados en todas las partes. Nuestras instituciones están muy débiles y nuestra cultura ciudadana es muy precaria. Hay mucho camino por recorrer. Pienso que lo importante es que estamos andando en la dirección adecuada.

Alerta sobre la posibilidad que brinda la composición heterogénea de los grupos de capacitación en cuanto al intercambio de posiciones, visiones y conocimientos, todo lo cual, precisa, representa en sí misma una herramienta para promover la construcción de ciudadanía.

“Se demuestra una vez más que las personas en situación de aprendizaje son proclives a involucrarse en discusiones constructivas. En este sentido, entendemos que el aula es un espacio para el ejercicio democrático”, puntualiza.